lunes, 16 de julio de 2012

Edu-castración



Así nos "educan" y "civilizan" desde que somos niños: castrándonos y reprimiéndonos toda posibilidad de sentir cosas auténticas y de expresar nuestro propio ser. Empezando por los programas educativos y los métodos que utilizan con nosotros en la escuela, y continuando por la avalancha de publicidad y entretenimiento superficial que recibimos desde la infancia por televisión, solo se nos prepara para ser "ciudadanos", y no personas. Para ser "consumidores" y "trabajadores", pero no seres humanos plenamente desarrollados en todos sus aspectos (físico, emocional, mental, espiritual).

Lo importante para este sistema de educastración es hacer de nosotros máquinas obedientes. Robots fáciles de controlar, que no causen demasiados problemas, y que reaccionen automáticamente a los estímulos que se nos dan desde fuera, haciéndonos además creer que esas respuestas son nuestras, son libres. Ante un estímulo compro algo, ante una provocación respondo, pego o insulto, ante otra estimulación hago una defensa ferviente de un partido político o de su oponente, de una religión o de otra, de un equipo de fútbol o del rival. Ante una situación difícil, acudo rápidamente a diluir la confusión y el dolor en el alcohol u otras drogas, a los calmantes, los somníferos, la diversión en espectáculos baratos (o no tanto...), el psicoterapeuta u otros "expertos", el consejero, sacerdote, amigo o gurú de turno, siempre dando vueltas para no enfrentar las cosas por mí mismo, para no analizar el porqué de las cosas y dar una respuesta nueva, no aprendida de nada ni de nadie, no robótica y automática por haberla repetido ya mil veces, sino verdaderamente mía.

El solo hecho de observar que la mayor parte del tiempo nos comportamos, trabajamos, comemos, conversamos y vivimos así, sin darnos cuenta de nada, reaccionando como meras máquinas, es el primer paso para romper los grilletes de esta educastración que nos han impuesto. Observarse a uno mismo constantemente, lo que piensa y siente ante cada situación, cómo se comporta y de dónde viene ese comportamiento, o esa opinión que uno defiende tan enérgicamente, nos ayuda a ver el mecanismo aprendido y nos permite romperlo y ser libres.

Es muy difícil y las consecuencias de esta liberación son imprevisibles. ¿Estás dispuest@?

No hay comentarios: