jueves, 9 de enero de 2014

Nueva campaña de terror en los andenes del metro


Un nuevo servicio ha nacido: el de las tarjetas pre-pago, que nos permiten hacer "cómodamente nuestras compras" tanto en tiendas físicas como a través de internet, sin necesidad de disponer de una cuenta bancaria. Como vemos en estas imágenes publicitarias, la PCS no solo sirve para comprar, sino que nos invita permanentemente a recordar "quiénes somos". "Yo soy quien soy, y esta es mi PCS", nos anuncian los carteles.

El pensador José Ortega y Gasset decía: "Yo soy yo y mi circunstancia". Por fin, décadas después, los publicistas han afinado un poco más la puntería, y concretan: "Yo soy yo y mi tarjeta de crédito". Bonita definición para un ser humano, ¿no les parece?


En esta horripilante campaña comercial se retrata a personas sin rostro, a las que no podemos ver los ojos. La mirada, como todos sabemos, es la expresión más viva del interior de un ser humano. Sin embargo, en estos anuncios, los ojos aparecen ocultos. Ocultos por una tarjeta de crédito, que acapara todo el protagonismo. Se nos intenta decir que nuestra capacidad de comprar es más importante que nuestra propia identidad. Yo me defino por el dinero que tengo, por lo que puedo comprar, y no por mis valores humanos. "Yo soy un consumista sin identidad y sin conciencia, igual a todos los demás". Ya que PCS es "la tarjeta para todos".

Quien quiera asumir estas orwellianas consignas, siéntase esclavo de hacerlo.