Cada vez que se publica la rocambolesca "noticia" de la aparición de "un rostro" gratinado sobre la superficie de una rebanada de pan al salir de la tostadora, se suele interpretar como una "aparición divina", y rápidamente se califica como "el rostro de Cristo sobre una tostada".
Y yo me pregunto: ¿no podría muy bien tratarse, en realidad, del rostro de John Lennon volviendo a la luz a la hora del desayuno? Ya sabemos que el músico, en la época de gloria de The Beatles, hizo unas declaraciones en las que afirmaba que por aquel entonces su grupo era más popular entre los jóvenes que el mismísimo Jesucristo. Puede que esta popularidad se haya transferido post-mortem, y cada vez que veamos (o creamos ver) un rostro carbonizado sobre una rebanada de pan de molde, se trate del genio musical manifestándose desde el más allá para recuerdo y exaltación de todos sus seguidores. Al fin y al cabo, como todo genio, Lennon tenía un punto de excéntrico. Y su barba y cabello largo guardan innegable similitud con los de la imagen. Para los más sagaces, seguro que todo encaja.
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